XLIX
Lloraba porque en sueños
Te contemplaba muerta;
Despierto al fin me ví, copioso llanto
Surcaba ardiente mis mejillas yertas.
Lloraba porque en sueños
Ví que me abandonabas;
Después de despertar, aun mucho tiempo
Vertí en silencio lágrimas amargas.
Lloraba porque en sueños
Miré que aun me querías;
Desperté, y el torrente de mis lágrimas
Aun corre por mis pálidas mejillas.
L
Todas las noches, en mis tristes sueños,
Sonriendo te miro,
Y caigo, amante, suspirando loco
Ante tus pies queridos.
Me miras con tristeza, sacudiendo
Tu cabecita rubia,
Y por tus ojos de tu amargo llanto
Corren las perlas húmedas.
Y me dices muy bajo una palabra,
Y de rosas me entregas blanco ramo,
Y al despertar el ramo ya no existe
Y la palabra aquella he olvidado.
Heinrich Heine
0 comentarios:
Publicar un comentario